Un guiso que nos prepara para afrontar la llegada del frío, nos evita catarros estacionales y nos proporciona un abracito de dulzor.
Si te paras a observar, es fácil sentir al final del verano, auque puede que siga haciendo calor, la energía del ambiente ya ha cambiado. Las mañanas y las noches son frescas, los días son más cortos y las plantas y los animales empiezan a recogerse.
De igual forma que lo hace la naturaleza, es importante preparar nuestro cuerpo para los cambios de estación y evitar las que llamamos enfermedades estacionales; catarros, gripes, cambios de ánimo que pasamos en esta época, que simplemente son consecuencia de no haberse adaptado a este cambio previamente. Vamos, que te pilla desprevenido y el cuerpo hace lo que puede para salir adelante y recuperar el equilibro.
Aunque siga haciendo calor durante las horas centrales del día y sigamos vistiendo con ropa de verano, nuestra alimentación tiene que ir cambiando con la estación para evitar los catarros y gripes de otoño.
Habrá que reducir la cantidad fruta que consumimos, ya no necesitamos refrescarnos ni hidratarnos tanto para aliviarnos del calor. De la misma forma, iremos dejando las ensaladas dando paso a otros tipos de cocción que nos vayan calentando por dentro y preparando para el frío.
De igual forma damos la bienvenida a los alimentos propios del otoño; las calabazas, las setas, los boniatos, los nabos, el brócoli, las judías verdes, el hinojo, las castañas… Yo algunos de ellos los recibo entusiasmada y con los brazos abiertos.
Aunque estamos acostumbrados a disponer de todo tipo de verduras todo el año, os invito a que empecéis a ser conscientes de qué verdura corresponde con cada estación y disfrutar de ellas en su época, frescas, de proximidad y cogidas en su mejor momento.
El sabor del otoño es el dulce y la cocina propia del principio del otoño es una cocina amorosa, suave y reposada que nos ayuda a calmar la energía dispersa del verano y volver a la rutina.
Hoy os dejo la receta que estoy cocinando hoy mismo en casa para mi familia. Es un estofado de garbanzos con calabaza y zanahoria que está para chuparse los dedos. Espero que os guste.
Estofado de Garbanzos y Calabaza
Ingredientes
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Preparación
Espero que te guste la receta, ya sabes que si tienes cualquier comentario y duda, estoy a tu disposición a través de los comentarios del blog.
Me encantan este tipo de recetas! Aunque aun haga calor por mi tierra pero igualmente comemos con cuchara cuando se encarta. Por cierto re ha quedado muy apetecible. Para cuántas personas serían estas cantidades? Gracias!
Hola, la cantidad de garbanzos en seco de la medida que pone en la receta es de aproximadamente 150g y con esa cantidad nos da para comer justo 2 adultos y 2 niños, no sobra casi nada. Así que creo se puede considerar que la receta es para unas 3 personas, ahora ya depende de la cantidad de coman 🙂
Espero que te salga muy rico, en casa lo comimos ayer muy a gusto. Un abrazo.
Me ha gustado mucho esta receta, la calabaza le da un dulzor muy rico a los garbanzos. Había probado las lentejas con calabaza pero no los garbanzos, me apunto la receta!
Un saludo,
Paz
Muchas gracias Paz, ya me contarás cuando la hagas qué te ha parecido. Tanto la calabaza como los garbanzos son ingredientes muy de energía de otoño. Refuerzan nuestro sistema digestivo, aportan dulzor y relajación. Un abrazo.
Aquí está mi versión de la receta. No tenía garbanzos pero la hice con alubias blancas y nos hemos chupado los dedos!! Mi hijo mayor (5 años) ha repetido y todo!!! 😍
Gracias Almudena !!
Ya sé yo que versionais las recetas, jajajaja, me alegro mucho de que os gustara. Un beso